sábado, 19 de septiembre de 2009

¿La crisis de hoy o la crisis de ayer?

Mis abuelos jamás tuvieron televisor en su casa. La primera tele en blanco y negro que vieron mis padres, fue la misma que vi yo. Una sola para todos en el salón con dos botones. Uno el de la primera y el otro el de la UHF. Después vino aquella de 21 pulgadas en color. Tenía más fondo que pantalla. Hoy tenemos como poco un par de ellas. Incluso tres. Algunos más. Planas y de cuarenta pulgadas como mínimo. Imagenio, Digital Plus y parabólica con dos millones y medio de canales.
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Mi abuelo nunca supo lo que era el VHS. Mis padres lo descubrieron cuando lo compré yo, aunque nunca supieron utilizarlo. Hoy tenemos deuvedé grabador con 500 gigas, Blue Ray y disco duro multimedia grabador de última generación con hdmi, lector de tarjetas y varios puertos usb.
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Tus abuelos jamás llegaron a ver un ordenador. Tus padres aun alucinan con que tú seas capaz de manejarlo. Tú tienes el de sobremesa, el portátil, el neetbook y una pda. Cuatro llaves de memoria, escáner, impresora, router y un par de cámaras de fotos digitales con tarjetas de 8 gigas. Y lo que salga mañana o pasao.
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Mi abuelo escuchaba las noticias en una vieja radio mono colgada en la pared. Mi padre ponía cintas en aquel radio-cassette. Yo tengo un reproductor de mp3, un Ipod, tres amplificadores de sonido, dos sowbofer, home cinema, tres reproductores de cedé, mini-disc, plato giradiscos, 15 altavoces, dos millones de canciones en un disco duro que por cuestiones lógicas de tiempo jamás escucharé y un armario lleno de vinilos y cedés.
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Los abuelos te escribían cuatro letras cada mes. "Estimados hijos y nieto: solo cuatro líneas. ¿Que tal todo por la capital? Aquí en el pueblo todo bien. Llueve poco y aun tenemos el grano sin recoger. Muchos besos. Los abuelos". Tus padres no te dejaban ni acercarte al teléfono porque aquello salía caro. Y cuidadito con las conferencias. Tú tienes móvil de última generación que cambias cada año, un Iphone, inalámbrico en la sala y 20 megas de internet.
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Tus abuelos jamás salieron del pueblo más que para ir al médico. Tus padres era ese mismo pueblo el único lugar que pisaban en verano. Tú te conoces la cuarta parte de los hoteles y balnearios del país.
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Mis abuelos jamás pisaron un restaurante. Mis padres solo en bodas, bautizos y comuniones. Tú y yo no salimos de ellos. Por cierto... ¿cuando quedamos para comer?
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Tu abuelo viajaba en burro. Tu padre unos días en tren y otros en autobús. Más tarde y con mucho esfuerzo pudo hacerlo en Seat 127. Tu viajas en un Audi A no se qué, con asientos de cuero, gps y dvd. Y si el viaje es largo, dejas el coche en el garaje y te vas en taxi a coger un avión.
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Mis abuelos dormían sobre la paja. Mis padres en un barato Flex que apenas superaba el metro de ancho. Mi mujer y yo lo hacemos en un colchón viscolástico transpirable con vías de entrada y salida multi escape que aun no se lo que es.
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Tu abuelo bebía orujo y vino que hacía él. Tu padre cerveza con gaseosa y vino peleón. Tú, reservas de Rioja y cubatas de Brugal.
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Mi abuelo le cortaba el pelo a mi padre. Mi padre le cortaba el pelo a mi abuelo. Yo voy a la pelu una vez al mes.
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Mi abuelo no tuvo ni un juguete. Mi padre tampoco. Yo cinco o seis. Mi hijo los tiene todos.
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Tu abuelo nunca jugó. Tu padre se subía a los arboles. Tú jugabas conmigo a las canicas, a la peonza y al balón. A tu hijo le has comprado la Play, la Wii y la Psp.
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Mi abuelo no sabía leer. Mi padre compraba el periódico los domingos que madrugaba. Yo me compro revistas de coches, de fotografía, de salud, de informática, de humor y un par de libros al mes.
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Tu abuelo bebía el agua de la fuente. Tu padre del grifo. Tú, Solán de Cabras.
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Mis abuelos jamás tuvieron microondas, ni lavadora, ni lavavajillas, ni aspiradora, ni pañuelos de papel. Tampoco tenedores diferentes para carne o "pa" pescao. Ni siquiera gas en casa y jamás soltaron duro alguno a ninguna Oenegé. Tampoco pisaron en la vida un gimnasio, ni un solarium, ni un spá.
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¿De verdad que esta es la peor de las crisis? Anda ya...!

viernes, 11 de septiembre de 2009

Pobre Don José.



Les presento al Señor Don José. Empresario. Dueño de una importante y conocida empresa de la que no daré datos para no perjudicar su imagen y también para no hacerle una publicidad que de momento ni me ha pedido, ni me ha pagado, elementalmente.
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Hablemos del Señor Don José. Hombre adinerado. Ruin y egoísta. Quizá algo explotador. Padre de dos hijas medio tontas, conocidas en su círculo como "las osea". Vive en un fabuloso chalet en las afueras de la ciudad. Jardín arbolado con piscina. Servicio las venticuatro horas. Segundo chalet en la costa mediterranea. Pero lo usa poco. Le gusta más ir de hotel. A veces Menorca. Otras Ibiza. Italia le encanta. ¿A quién no? Estados Unidos es otro de sus destinos favoritos. Solo por placer. Acostumbra a moverse en un Audi A8. Un cuatro mil doscientos con trescientos y pico caballos. En el puerto deportivo guarda un pequeño yate. También con servicio. Él solo no puede navegar. Tiene tela, pero no es muy listo. Lleva consigo a su patrón. Siempre bien cuidado. Una capa de pintura cada año. La salitres es muy mala para el lujo.
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Al Señor Don José no le iban muy bien las cosas. O eso decía. Se juntó con otros golfos como él con los que jugaba al pádel y al golf y lloraron un poco. El gobierno les ayudó. Les untó con dinerito. Dinerito del tuyo y del mío. De nuestros impuestos. De esos que con talante, amenazan con subirnos. Seguían llorando, pero un poco menos. Seguía viajando, pero solo por placer. No cambió de coche. Siguió con su A8, pero se hizo también con un Mercedes CL. Quería algo grande, pero más deportivo, solo para el finde. Casi veinte kilos. ¿Qué más da?. Durante la semana mejor el Audi. A veces vestía de Armani. Otras de Prada. Pero todo de serie, nunca exclusivo. No era tan importante. Un tipo sencillo, del montón. Así se definía. Que majo Don José. La gente se ríe con él, aunque no tiene ni puta gracia el tío. Será la tela, que hace reir. O el ser pelota. Que majo Don José.
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Poco después dijo no poder seguir adelante. Despidió a 300 de sus empleados. Puta crisis. Que mal trata a los poderosos. Porque los pobres ni se enteran. Si hoy no tiene, ayer tampoco. De seguir así, este año no repetiría ganancias. El pasado fueron 3.000 millones de euros. Este parece que solo van a ser unos 2.300. La diferencia es elevada. Pensará que no le llega pa vivir. Pobre Señor Don José. El gobierno se reune con él. Le promete más ayudas. Él dice que toda ayuda es poca. Que las cosas están mal. Que el gobierno no hace nada. Que el despido sale caro. Hay que abaratarlo. O mejor aun, por si cuela, ponerlo gratis. Y bajar los sueldos. Y subir las horas. Su empresa se hunde. Y nadie le comprende. Los bastardos de sus currelas se manifiestan los martes y los jueves frente a su empresa y la policía no hace nada. ¿Para eso paga impuestos Don José? Y para colmo gritan "readmisión". Como si yo pudiese pagarles tantos sueldos. Son 300 tíos... y cada uno se llevaba de mi empresa 900 eurazos al mes... serán desgraciados. Y solo trabajaban 11 horas al día. Deberían de darme las gracias. ¿Y todos aquellos años, qué? Ahora podrán pasar más tiempo con sus hijos. Si fueron previsores y ahorradores, no tienen de qué quejarse. El hambre con pan se pasa. Serán desgraciados... Que le dejen en paz. Pobre Don José. Tuvo que vender su Audi. Se sentía bajito montado en él y se compró un Porsche Cayenne. Mucho más alto. A donde vas a ir... Desde aquí os veo a todos. Pero Don José no se siente feliz. Las acciones han bajado.
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Pobre Señor Don José. Con los problemas que tiene y el resto de la gente, los currelas, los pringaos de medio barrio, dando tol puto día por el culo. Putos sindicatos. Les comen la cabeza. Pandilla de muertos de hambre. Dichosos socialistas. Acaban con el país. Basurillas de izquierdas. Esto no hay quien lo arregle. Si el generalísimo levantase la cabeza... Me conformaba con Aznar. Ese tipo sí que era serio. Que vuelva la derecha, coño.
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Yo le entiendo, Don José. Es mucha la tensión y usted no lo puede aguantar. Yo tengo el remedio. Le quiero ayudar. Tome, beba de esta, mi botella. Solo un trago. Un trago nada más. Es cianuro. Rico cianuro del bueno. Cianuro del mejor. Tome un trago e invite a sus amigos. Pago yo. Tome un trago y váyase a criar malvas. Solo un trago... un trago nada más.
Con todos mis respetos, que le follen, Señor Don José.




















A Tino, mi compi de currelo. Un tío grande y cojonudo que varias veces me dijo: habla de estos hijos de puta en tu blog.