jueves, 29 de mayo de 2008

El Marte de los inocentes


Me resulta curioso que en los tiempos que corren, el hombre sea tan extremadamente inteligente como para enviar un artilugio hasta Marte capaz incluso de devolvernos al instante imágenes de aquellas lejanas tierras. En color y todo. Extremadamente curioso el hecho de ser capaces de construir un vehículo capaz de volar ni más ni menos que 679 millones de kilómetros a una velocidad de 21.000 kilómetros por hora durante meses sin necesidad tan siquiera de repostar. Por muchas milongas acerca de la falta de gravedad que muchos tratan de meterme cuando les hablo del tema. O paneles solares y tal... Que sí, que bla, bla, bla y las flores de colores. Quiero yo un panel para mi coche así. Kilómetros y kilómetros sin echar una gota de gasolina. Y mira que velocidades... Por dios.

Y claro, el hombre que es tan listo, sabe ya que Marte tiene un volcán de 25 kilómetros de alto y que su temperatura media es de 63 grados bajo cero. Centígrados, elementalmente. Y que hace millones de años hubo agua. Y hielo. Y puede que hasta vida. Quien sabe si en Marte no habrá ya un Mc Donalds... Yo creo que hasta puede que haya que un todo a cien regentado por chinos y todo. Por no decir una iglesia. Al menos, sí una ermita.

Ahora, me resulta infinitamente más curioso aun el hecho de que ese mismo hombre tan inteligente y tan capaz de llegar tan lejos sin tener nada claro que ostias se le habrá perdido allí, aun no haya logrado hallar un remedio eficaz, por ejemplo contra el cáncer. O contra el SIDA. O simplemente contra la psoriasis. Tiene huevos. Tampoco esa sobrada inteligencia ha servido para crear un sustituto de la sangre. O de una médula ósea. ¿Para qué perder el tiempo? Con todo lo que hemos perdido en Marte. Y en la luna. Y lo hombres que nos hace llegar a estos sitios. Que sería de mi sin saber que pasa en Marte...

Que nos lleguen imágenes de millones de kilómetros cielo arriba, mientras hay cientos de pueblos sin cobertura telefónica, me resulta de tebeo. O peor aún, sin agua. Y con Windows dando problemas y bloqueándose cada poco... Irónico, verdad?

Pero cada uno que crea en sus príncipes y en sus princesas, en las hadas o en las sirenas. Total, en eso consiste la fe. Yo por mi parte, creo que jamás un hombre ha pisado la luna. Ni la va a pisar, al menos en los próximos cien años. Y quien más cerca ha estado de Marte, posiblemente haya sido un lune o un miercole.

Ah, por cierto, que un servidor tampoco se ha creído en la puta vida que hace 65 millones de años existiesen unos animales llamados dinosaurios... Si aun no tengo claro ni lo del niño Jesús y eso fue hace solo 2.000.

Si alguien es capaz de demostrarme lo contrario, desde aquí le reto y que me convenza. Pero con hechos de verdad, no con palabrería absurda y facilona.

Queda dicho.

7 comentarios:

nomolamos dijo...

mama mia, qu razon tienes!!!
yo lo de los dinosaurios me lo pudo creer, hay fosiles, que pueden hacer acercarnos a la verdad, el niño jesus, creo que pudo existir, pero que para nada fue ni el hijo de Dios, ni nada parecido, que no es como lo cuentan vamos,
y la luna y marte y ya vida extraterrestre ni comentar vamos, menuda tonteria, lo que no se porque quieren hacernos creer esas paparruchas ....
Es como la religion catolica, no dice que la biblia, que el rico reparta al pobre, ellos los que mas riquezas almacenan, nos piden una tanto por ciento en los impuestos a los mileuristas, que te mueres,
solo con el manton de la virgen del Pilar, comia y salia de la miseria toda africa.....
pero bueno, esta claro que hay gente que necesita tener fe en algo,
un beso,

Unknown dijo...

Jeje, me recuerdas a mi marido (por lo agnóstico). Tus reflexiones son buenísimas. Sólo con que nos hagamos unas pocas preguntas, descubriremos que muchas veces somos engañados simplemente porque somos susceptibles de creer, necesitamos creer y tener fe en algo, ahí está la flaqueza del ser humano. Yo, ves, no doy un no rotundo a todas esas cosas que nos cuentan, pero es para plantearse qué porcentaje hay de verdad, si es que existe un porcentaje...

Mundos Azules dijo...

La verdad es que el tema de los dinosaurios es delicado también. Me puedo creer que hace muchos años hubiese existido un animal diferente a los existentes, de gran tamaño, etc. Pero me pierdo cuando intentan venderme unas formas concretas y hasta un tipo de alimentación. Y encima me aseguran que desaparecieron hace 65 millones de años. No hace 36, ni 27, ni 53, ni 76, no, no... 65 millones de años. Ni uno más, ni uno menos.

No sería la primera vez que algún iluminado dice descubrir huesos de hace millones de años y al poco se descubre que los enterraron hace escasas semanas con intención de ridiculizar al gremio. Y lo consiguen.

Yo ya no me creo nada. Y menos todo aquello que en el fondo esconde dinero. Subvenciones y más subvenciones.

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo con el tema de los dinosaurios. Creo que detrás de su estudio hay biólogos, arqueólogos, geólogos,... científicos en general que llevan una vida entera dedicada a la investigación. Seguramente el problema es que aplican métodos muy difíciles de comprender para las personas que no estamos en ese mundillo y nos parece inexplicable que lleguen a adivinar (más o menos, porque se refieren a millones de años) la fecha de un fósil, o poder llegar a recrear el mundo (con cierta dosis de imaginación, por supuesto) en el que vivían.

Si que estoy de acuerdo en que el dinero invertido en enviar "cacharros" a Marte debería utilizarse para esas otras cosas que has mencionado, pero también creo que en la psique humana siempre está presente la exploración, el descubrir nuevas tierras, nuevos mundos, todo ello con la intención de encontrar algo, alguien, que nos ayude a progresar y mejorar, y contra eso no se puede hacer nada. Pienso, además, que el ser humano sin esta condición primordial de querer progresar no hubiera existido y habría seguido siendo un mono en la sabana africana.

Sobre Jesucristo, Dios y cosas de religiones es simplemente cuestión de fe, a la que no me opongo, pero sí a quienes se quieren lucrar a costa de un sentimiento que, como la necesidad de avanzar, va unido al ser humano.

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo con el tema de los dinosaurios. Creo que detrás de su estudio hay biólogos, arqueólogos, geólogos,... científicos en general que llevan una vida entera dedicada a la investigación. Seguramente el problema es que aplican métodos muy difíciles de comprender para las personas que no estamos en ese mundillo y nos parece inexplicable que lleguen a adivinar (más o menos, porque se refieren a millones de años) la fecha de un fósil, o poder llegar a recrear el mundo (con cierta dosis de imaginación, por supuesto) en el que vivían.

Si que estoy de acuerdo en que el dinero invertido en enviar "cacharros" a Marte debería utilizarse para esas otras cosas que has mencionado, pero también creo que en la psique humana siempre está presente la exploración, el descubrir nuevas tierras, nuevos mundos, todo ello con la intención de encontrar algo, alguien, que nos ayude a progresar y mejorar, y contra eso no se puede hacer nada. Pienso, además, que el ser humano sin esta condición primordial de querer progresar no hubiera existido y habría seguido siendo un mono en la sabana africana.

Sobre Jesucristo, Dios y cosas de religiones es simplemente cuestión de fe, a la que no me opongo, pero sí a quienes se quieren lucrar a costa de un sentimiento que, como la necesidad de avanzar, va unido al ser humano.

Mundos Azules dijo...

Jeijo: hace unos años, en un pueblecito de Burgos encontraron varios huesos que no tardaron en relacionar con miles de miles de años atrás, incluso se animaron a decir la estatura, sexo y demás datos absurdos del difunto. Datos que nadie podría poner en duda, pero siempre basándose en eso mismo que tú dices: en que esa gente se supone que ha estudiado para eso.

El problema vino cuando unos días después, quienes habían enterrado allí aquellos huesos, reconocieron su hazaña y alegaron haberlo hecho con intención de dejar en evidencia tales estudios y a tales estudiosos. Y por cierto, los huesos eran simplemente de un vagabundo que había servido para dar clases en la universidad.

Aquellos pobres quedaron en evindencia, pero lo peor es que cuando encontraron los huesos, se le dio un bombo de la ostia, sin embargo cuando se descubrió el fraude, apenas salió en algún pequeño medio de comuncación.

Ese tipo de estudios mueven demasiado dinero y yo, no me creo nada.

Un abrazo Jeijo, y garcias y por tu participación en este blog. Es un alago.

Anónimo dijo...

No sé, está claro que engaños los hay en todos los ámbitos de la vida y me imagino que el estudio no fue bien hecho porque con tan sólo haber hecho la prueba del carbono 14 hubieran determinado la fecha en que esa persona vagabunda había muerto...
Bueno no sé me imagino que también la ciencia puede llegar a ser cuestión de fe, aunque mal asunto si creemos más en nuestras convicciones que en estudios lógicos y pruebas científicas contrastadas... (así hizo la iglesia con su prueba "irrefutable" de la hoguera con algunos científicos).

Es un placer navegar por tus mundos azules y echar un "parlao" en blanco y negro.