sábado, 18 de diciembre de 2010

Famosillos, alcahuetas y otros derechos laborales



Que sea yo un defensor de los derechos laborales de la clase trabajadora, no es ningún secreto para nadie que me conozca al menos un poquito. Soy consciente además de que para tener muchas de las cosas que hoy tenemos a nivel laboral, otras generaciones lucharon lo suyo, a base de huelgas, encierros, pataletas, protestas varias y demás. Y aunque algún cantamañanas inorpotuno critique a menudo el trabajo sindical, gracias a ellos, nuestros derechos son algo más numerosos que hace quince, veinte o treinta años. Y el que lo dude, lo siento por su completa ignorancia. Aunque, y como en todo, no pongo en duda que hasta en los sindicatos más serios y peleones haya, no uno, si no mil garbanzos negros. Osea, completos miserables de mierda.

Por ello y por ser ejemplo a diario de nuestra televisiva sociedad, me molestan, y qué coño, me tocan ampliamente las pelotas, detalles puntuales de famosos o famosillos, alcahuetes o alcahuetillos, como el presentador de ese absurdo y patético programa bautizado como "Sálvame", el cual tras un accidente, aparece al día siguiente trabajando, o mejor dicho, dando la brasa y presentando su programa con un brazo escayolado a la birulé. Unos días más tarde, el mismo presentador aparece en su estúpido programa luciendo un aparatoso armatroste metálico del que salían media docena de varillas desde las mismísimas entrañas de las carnes de su brazo, cuando donde tenía que estar el susodicho, era descansando es su puta casa y con una baja médica laboral por su estado. Como hubiese hecho cualquier trabajador.

También me sacan de quicio aquellas mari marujonas, parásitos de la cutrevisión más hortera de todos los tiempos, tipo Carmen Alcaide o Marta López (ex Gran Hermano), las cuales lucieron embarazo colaborando o presentando abobinables programas hasta casi dar a luz. Que algún día acabaremos viendo a alguna gilipollas de estas pariendo sobre su mesa de charla-coloquio barato o bailando como las sin sentido esas del "vuélveme loca". Que me quedé de piedra encima cuando el otro día me enteré de que lo dirige una gachí que conozco personalmente, aunque de eso van ya muchos años y ni ganas de presumir de hazaña. No por ella, que parecía buena gente, sino por el programa. Y después, no contentas solo con casi parir en directo mientras nos nos torturan con títeres y abogados prófugos de una dudosa justicia, las sinvergüenzas estas vuelven a su puesto de trabajo a los pocos días de haber dado a luz, cuando donde deberían estar es compartiendo esos primeros ratos con sus retoños. Como cualquier madre a la que flaco favor hacen, por cierto, con dicha actitud.

Mención aparte tienen todos aquellos amagos de fósiles, sirva como ejemplo una tal Carmen Sevilla, la cual debe de rozar ya el siglo y pico de vida, que deberían de estar jubilados hace años, torrándose al sol de Benidorm, Ibiza o Salou, disfrutando del calor de sus nietos o paseando su garbo desgarbado allá por donde les plazca, pero dejando sobre todo, y esto es lo más importante, esos puestos de trabajo para gente más joven y capacitada.

Total, que tantos años de lucha sindical y tanta maraña, para que vengan toda esta recua de famosos y famosillos y se salten los derechos de los hombres y mujeres por el forro de las pelotas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que nada más se puede añadir a esto, salvo que estoy totalmente de acuerdo!!!