lunes, 18 de agosto de 2008

Riing... Riing... Spam... Spam...

Riiing... Riiing... Riiing... Número oculto.

- ¿Si? -

- Holaa, mi nombre es Adriana, le llamo de Timoestar ya que ha sido usted seleccionado por nuestra empresa para ofrecerle un contrato con nuestra compañía y le regalamos un teléfono móvil de última generación que... -

- No, no, gracias, no tengo intención alguna de cambiar de compañía -

- Si, si, caballero, tenga en cuenta que lo que nosotros le ofrecemos... -

- Que no, que no, de verdad, lo siento. Le agradezco su llamada, pero al menos de momento estoy contento con mi actual compañía y... -

- Si, si, pero fíjese todo lo que Timoestar le ofrece, ya que... bla, bla, bla... y más bla, bla, bla...-

Y aunque la cortes una y mil veces, la tipa aquella ni calla ni te escucha, por lo que al final, hasta los cojones de aguantar intromisiones en tu vida, uno tiene dos opciones. O mandar a tomar por el culo a la fulana, que en el fondo tampoco tiene la culpa, ya que la mujer se gana sus alubias de esa manera, o colgar sin más acordándose uno de la puta madre que parió al directivo aquel de Timofónica que cada poco sale en televisión sonriendo por las enormes ganancias de su puta empresa. Así que, como no han sido ni una, ni dos, pues según me dé.

A los pocos, días de nuevo desde otro número oculto, Tomás me dice representar al Banco del Tío Gilito o yo que sé y me ofrece no solo el abrirme de ya para ya una cuenta con ellos, si no también un crédito fabuloso que me ayudará a realizar ese viaje que nunca hice o a comprarme ese pedazo de plasma de 52 pulgadas con el que siempre soñé. Y claro, yo que algunas veces pienso rápido, me digo para mis adentros: - ¿qué cojones sabrá el notas este sobre mi vida? -. Y me corto de mandarle a la mierda, pero le cuelgo inmediatamente apretando el botón rojo de mi teléfono móvil, aquel que en su día me regalaron los de la naranja francesita por la puta cara con tal de no abandonarles de buenas a primeras, gestión íntegra que realizaron curiosamente a través de una llamada telefónica.

No habrían pasado ni quince días, cuando me llamaron, esta vez desde mi propia Caja de Ahorros, para ofrecerme un seguro de vida. Atónito, le digo a aquella mujer a la que apenas entendía por su cerrado acento andaluz, que no, que no quiero ningún seguro y que el día anterior había cerrado ya uno con Carrefour. Y es que aunque aquello era mentira y no tenía seguro alguno, lo cierto es que el día anterior me habían llamado de Carrefour, cágate...!, ya que como poseedor de la tarjeta del Club de no se qué pollas, me lo regalaban durante un par de meses. Y hasta el tercero no tenía que pagar. Que majos, me dejaban probarlo y todo; como quien se prueba una camiseta. A la tiparraca aquella del Carrefour no la colgué. Esta era más profesional. La dije que no, me pidió disculpas por molestarme y tras desearme las buenas tardes, casi fue ella la que me dejó a mí con la palabra en la boca. Digo yo que por no perder el tiempo y seguir intentando engordar su comisión.

Pero lo que ya clamó al cielo me pasó poco tiempo después: un día de hace solo unos meses me encontré una llamada perdida en mi móvil con un número oculto. Una llamada que por la razón que sea, yo no oí. Eran las 8 de la tarde. Si, si, las 8 en punto de la tarde. Curiosamente, al día siguiente a la misma hora volvieron a llamar, pero como vuelve a ser un número oculto, el menda cansado de tanto gilipollas pasa de coger, por si las moscas. Pero al otro día y a la ocho en punto una vez más, el móvil vuelve a sonar, aunque esta vez no pude atender la llamada, pero no por que no quisiese. El caso es que pasaron diez días, si, si, diez días en los que a las ocho de la tarde y con una puntualidad británica que al final casi me llegó a asustar, me llamó un número que sin saber quien era, por una razón o por otra, yo no atendí.

- Qué curiosidad, mañana sea como sea, a las 8 de la tarde tengo que estar pendiente de esa puta llamada -

Y vaya si lo estuve. No podía fallar. A las 8 en punto cogí el teléfono ¿y saben que? eran de la revista Quo, que me llamaban para que me suscribiese, sin más. Atónito, respondí: - no me jodas y no me digas que para esta puta mierda lleváis casi dos semanas tocándome las pelotas! -. El otro no dijo ni si, ni no, ni bien, ni mal. Colgó el teléfono y me imagino yo que seguiría dándole la paliza a algún que otro cuitadillo con mejores modales que yo. - Me cago en la puta Quo - fue lo único que luego acerté a decir yo.

Y hoy leo la noticia de que esta publicidad o spam telefónico en breve estará prohibida y por fin la podremos denunciar. Ya era hora.

Amén.




Nota: con mis comentarios no pretendo desprestigiar a la revista Quo, ni mucho menos. Hace años, cuando formaba parte de la directiva de una importante organización de ayuda humanitaria, tras solicitárselo a la redacción en persona, nos enviaron durante mucho tiempo la revista de forma gratuita y desinteresada, al igual que lo hicieron desde CNR, El Jueves o El Correo Español. Cosa que no hicieron, tras solicitárselo de la misma manera y bajo un absurdo pretexto, los responsables de Interviú.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajaja casi me da algo leyendolo... A mi,en mis malas epocas tb me ha tocado dar el coñazo por telefono,y os puedo asegurar que si para el que recibe la llamada es un coñazo ( doy fe de que lo es.. a mi tb me han despertado de la siestaa mil veeeces..) imaginaros para la pobre chica que os llama, que casi fijo tiene al cabron de su jefe a un centimetro de ella, con cara de pocos amigos, escuchando como " intenta" convencer a alguien para que compre lo que vende.. ( casi imposible..)y bajo la amenaza de... tu veras... o vendes algo hoy o a la calle, y aunque paguen una puta mierda ( se puede decir putaaa no Salva ? puta puta y puuuuta!!! ) posiblemente será lo mejor que ha encontrado para poder dar de comer a su familia. Asi que no cuesta nada ser un pelin amable, ( vale.. si.. a veces ni aunque les digas 3000 veces no me interesa graciaass!! se callan..) aunque a veces es cierto que dan ganas de asesinar a alguien... pero bueno yo siempre atiendo xq he pasado por eso...Asii que pacienciiiaa con las pobres teleoperadoras que dicen too de carrerilla
Salva!! la semana que viene te vendo un segurito yo, que tengo muchoos !!! Espero que esteis muu bien los "3"
Cuidate, un beso.
Nerea. ( la del Ocasoooo si si la mismaa..)

nomolamos dijo...

jejjej no te quejes, que por lo menos entiendes lo que te dicen, porque a mi siempre me llaman unos señores con acento sudamericano que no hay quien los entienda... siempre digo lo mismo,....lo siento no me interesa, hasta que me hinchan las narices, y les suelo decir... otra vez, mira que sois pesados,.... jejjeje en fin,
venga vagoneta, sal ya, que te vas a oxidarrrrr, saca a la niña de paseo, aprovecha que ha dejado de llover, jejjejejje
besines,

Mundos Azules dijo...

Nomolamos: la que no me saca es ella a mí. Al final ayer tampocó caté la Aste Nagusia, pero de hoy no pasa, eso fijo. Que malo es estar embarazado... buf... jajaja!

Nerea: coño! (aquí se puede decir ¡puta! y ¡coño!) bienvenida a mis mundos azules. Ya era hora de que te dejases ver. Por cierto, llevo dos meses esperando esa llamada pasa ese cafelito de despedida de la Cordobesa, pero seguro que ya se ha ido y se os ha olvidao... aiiiins...

Mundos Azules dijo...

Tiene huevos... el viernes, cuatro días después de poner este post, me han vuelto a llamar de Movistar para ofrecerme más de lo mismo. Esta vez fuí delicado y me limité a decirle a la operadora que el titular del número estaba de vacaciones hasta diciembre. Espero que para entonces ya esté aprovada la ley.