Me resulta curioso que en los tiempos que corren, el hombre sea tan extremadamente inteligente como para enviar un artilugio hasta Marte capaz incluso de devolvernos al instante imágenes de aquellas lejanas tierras. En color y todo. Extremadamente curioso el hecho de ser capaces de construir un vehículo capaz de volar ni más ni menos que 679 millones de kilómetros a una velocidad de 21.000 kilómetros por hora durante meses sin necesidad tan siquiera de repostar. Por muchas milongas acerca de la falta de gravedad que muchos tratan de meterme cuando les hablo del tema. O paneles solares y tal... Que sí, que bla, bla, bla y las flores de colores. Quiero yo un panel para mi coche así. Kilómetros y kilómetros sin echar una gota de gasolina. Y mira que velocidades... Por dios.
Y claro, el hombre que es tan listo, sabe ya que Marte tiene un volcán de 25 kilómetros de alto y que su temperatura media es de 63 grados bajo cero. Centígrados, elementalmente. Y que hace millones de años hubo agua. Y hielo. Y puede que hasta vida. Quien sabe si en Marte no habrá ya un Mc Donalds... Yo creo que hasta puede que haya que un todo a cien regentado por chinos y todo. Por no decir una iglesia. Al menos, sí una ermita.
Ahora, me resulta infinitamente más curioso aun el hecho de que ese mismo hombre tan inteligente y tan capaz de llegar tan lejos sin tener nada claro que ostias se le habrá perdido allí, aun no haya logrado hallar un remedio eficaz, por ejemplo contra el cáncer. O contra el SIDA. O simplemente contra la psoriasis. Tiene huevos. Tampoco esa sobrada inteligencia ha servido para crear un sustituto de la sangre. O de una médula ósea. ¿Para qué perder el tiempo? Con todo lo que hemos perdido en Marte. Y en la luna. Y lo hombres que nos hace llegar a estos sitios. Que sería de mi sin saber que pasa en Marte...
Que nos lleguen imágenes de millones de kilómetros cielo arriba, mientras hay cientos de pueblos sin cobertura telefónica, me resulta de tebeo. O peor aún, sin agua. Y con Windows dando problemas y bloqueándose cada poco... Irónico, verdad?
Pero cada uno que crea en sus príncipes y en sus princesas, en las hadas o en las sirenas. Total, en eso consiste la fe. Yo por mi parte, creo que jamás un hombre ha pisado la luna. Ni la va a pisar, al menos en los próximos cien años. Y quien más cerca ha estado de Marte, posiblemente haya sido un lune o un miercole.
Ah, por cierto, que un servidor tampoco se ha creído en la puta vida que hace 65 millones de años existiesen unos animales llamados dinosaurios... Si aun no tengo claro ni lo del niño Jesús y eso fue hace solo 2.000.
Si alguien es capaz de demostrarme lo contrario, desde aquí le reto y que me convenza. Pero con hechos de verdad, no con palabrería absurda y facilona.
Queda dicho.
Y claro, el hombre que es tan listo, sabe ya que Marte tiene un volcán de 25 kilómetros de alto y que su temperatura media es de 63 grados bajo cero. Centígrados, elementalmente. Y que hace millones de años hubo agua. Y hielo. Y puede que hasta vida. Quien sabe si en Marte no habrá ya un Mc Donalds... Yo creo que hasta puede que haya que un todo a cien regentado por chinos y todo. Por no decir una iglesia. Al menos, sí una ermita.
Ahora, me resulta infinitamente más curioso aun el hecho de que ese mismo hombre tan inteligente y tan capaz de llegar tan lejos sin tener nada claro que ostias se le habrá perdido allí, aun no haya logrado hallar un remedio eficaz, por ejemplo contra el cáncer. O contra el SIDA. O simplemente contra la psoriasis. Tiene huevos. Tampoco esa sobrada inteligencia ha servido para crear un sustituto de la sangre. O de una médula ósea. ¿Para qué perder el tiempo? Con todo lo que hemos perdido en Marte. Y en la luna. Y lo hombres que nos hace llegar a estos sitios. Que sería de mi sin saber que pasa en Marte...
Que nos lleguen imágenes de millones de kilómetros cielo arriba, mientras hay cientos de pueblos sin cobertura telefónica, me resulta de tebeo. O peor aún, sin agua. Y con Windows dando problemas y bloqueándose cada poco... Irónico, verdad?
Pero cada uno que crea en sus príncipes y en sus princesas, en las hadas o en las sirenas. Total, en eso consiste la fe. Yo por mi parte, creo que jamás un hombre ha pisado la luna. Ni la va a pisar, al menos en los próximos cien años. Y quien más cerca ha estado de Marte, posiblemente haya sido un lune o un miercole.
Ah, por cierto, que un servidor tampoco se ha creído en la puta vida que hace 65 millones de años existiesen unos animales llamados dinosaurios... Si aun no tengo claro ni lo del niño Jesús y eso fue hace solo 2.000.
Si alguien es capaz de demostrarme lo contrario, desde aquí le reto y que me convenza. Pero con hechos de verdad, no con palabrería absurda y facilona.
Queda dicho.